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Olvido

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¿Hay espacio para el olvido?


A veces transitamos esta vida cargando y arrastrando los recuerdos de vidas pasadas. De momentos y de días felices.

 De días grises. 

De gente que ya no está. 

De vidas que ya no vivimos.


Hasta que un día, de repente, se esfuman y es como si nunca los hubieras tenido. Se disuelven en el caminar. 


Todo continúa. 

Todo sigue.

Te mueves y se mueve la vida.

Los días pasan.

Pasa la vida.


Continuamos el tránsito de vivir. Creando nuevos recuerdos. Conociendo nueva gente. Coleccionando memorias. 

Afectos. 

Olores. 

Lugares. 



Y  de repente un día, como un rayo, ese recuerdo o esa imagen, ese olor… te atraviesa el alma y todo vuelve a ti. Como si nunca se hubiera  borrado. 

Nunca se marchó.



¿Qué es entonces el olvido?

¿Es, entonces,  el olvido la  penitencia que llevamos como consecuencia de sentir?

¿De vivir?

¿Es esta penitencia resultado del querer. Del amar. De volverlo a intentar?


Sentada en el banco de un parque, alcé la mirada y vi un letrero con una palabra. Esa palabra abrió un torrente de recuerdos. Recuerdos que estaban tan enterrados que me asusté. 


Una palabra.

Cuánto poder guardaba esa palabra. 


No sé si el olvido juega con el destino para hacernos caer. Para que miremos atrás. Para que hagamos pausas. Para que recordemos.


Y sí, recordé. Volvió a mí todo lo que por semanas estuvo encerrado. Una palabra. 


Puede que dentro de las cosas que no podemos controlar, caigan los recuerdos. Olvidar algo en un mundo que se empeña en hacernos revivir el pasado. En mirar atrás y en añorar. Esa nostalgia que sale en las noches y se escurre como rocío en las personas. Siempre ahí, esperando su momento. 


Hablando con un amigo sobre esto del olvido, me comenta: En eso mismo estuve reflexionando ayer, en lo difícil de obligarse a olvidar. 


Obligarse a olvidar… ¿Cómo podríamos lograr eso? Alguien que me diga. 


¿Han visto la película Eternal Sunshine of the Spotless Mind...? Si no la han visto... SPOILERS! En esta movie hay una parte en la que el protagonista “esconde” las memorias y los recuerdos de su amor en otras memorias que no se relacionan con ella. Para no olvidarla. Para atesorarla en los rincones perdidos de su mente. Con la esperanza que la máquina no borre nada sobre ella.  Él ha hecho que ella esté presente en todos sus recuerdos. En toda su vida. 


Se olvida  pero realmente no, creo yo. Lo ponemos a dormir, a descansar. Lo guardamos, lo encerramos . Lo tapamos con las nuevas memorias que vamos viviendo y creando. Seguimos empujando todo eso hacia el fondo del abismo que habita en nosotros.


Hasta que un día los hilos de la vida se vuelvan a conectar y nosotros volvemos a recordar. Y, ¡zas! Como si Dagda tocara su arpa y aparece así el recuerdo. Fresco en la memoria. 


Tal parece, al menos a mí, que eso del olvido no es del todo real. Es momentáneo. Tal vez encontremos en el camino gente que sí logró olvidar y continuar como si nada.  Mientras, habemos otros que, las memorias regresan y nos habitan por momentos. Para recordarnos lo que sí, lo que no, lo que fue y, sobre todas las cosas, recordarnos que seguimos sintiendo.



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