Amor intenso
- Lola R
- 16 may
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Puede que mi intensidad asuste a la gente o que no la comprendan, pero… es la única manera que sé amar.
Aprendí a decirle a la gente cuánto los quiero, cuánto los amo, cuánto los adoro, cuán importante son en mi vida… Que los extraño, que me hacen falta, que pienso en ellos… Para algunos es too much para otros es lo cotidiano de tenerme en sus vidas.
Pero a veces, no es suficiente. Porque ese amor que damos no los protege del mundo ni de sus nubes grises. No los protege de la maldad, ni del peligro, ni de la muerte.
En colectivo, como sociedad, vemos la criminalidad en aumento y nos preguntamos hasta cuándo, qué va a hacer el gobierno, qué esperan para hacer algo… y seguimos con la vida. Hasta que nos toca. Hasta que nos tumba. Hasta que nos destruye.
Esa llamada. Esa confirmación. Estas son las cosas que decimos que le pasa a otra gente, no a nosotros; me dijo una exalumna. Y es cierto, eso pensamos.
Como maestra uno no se prepara para la muerte de un estudiante. Eso ni se piensa. Porque los queremos ver crecer y triunfar y ser felices. La muerte, jamás, es tema en cuanto a eso. Pero nos tocó. Hoy fuimos “esa gente a la que pasa esas cosas” y yo no tengo palabras.
La muerte de Orlando nos tocó a todos. De mil maneras, de mil emociones. Nos movió el piso y nos desgarró el alma. Nos obligó a mirar el dolor en nuestras caras y a aceptar que esas cosas sí nos pasan a todos.
Tal vez la intensidad de mi cariño y de mi amor no pueda proteger a mis amados de las tragedias del mundo y de la vida… pero estará siempre para recordarles cuánto los amo, cuán especiales son y cuán necesarios son en mi vida.
Ojalá la gente que amo me dure toda la vida y al final, podamos celebrar lo bonito de la vida con menos lágrimas y más amor.
Ojalá perdonen mi intensidad y mis preguntas para saber si ya comieron, si durmieron, si llegaron bien...